Los muertos en los dos ataques más sangrientos perpetrados por supuestos yihadistas desde 2015 en Burkina Faso, cuyo objetivo fue la aldea de Solhan (noreste) en la madrugada del sábado, aumentó a 160 muertos, informaron este domingo fuentes locales.
En total, 160 cuerpos fueron inhumados ayer (sábado) en tres fosas comunes por la población local entre ellos había unos veinte niños, relató un responsable político de la región.
Un balance confirmado por otra fuente local precisa que «50 cuerpos fueron enterrados en cada una de las dos primeras fosas comunes y 60 en la tercera».
Un balance anterior de las mismas fuentes era de 138 civiles muertos en ambos ataques.
Entretanto, el gobierno indicaba 132 muertos y unos 40 heridos.
Los ataques, cometidos con pocas horas de diferencia, tuvieron lugar en la zona denominada «de las tres fronteras», entre Burkina Faso, Mali y Níger, una región sometida a la violencia de los yihadistas, ya sea afiliados a Al Qaida o al grupo Estado Islámico (EI).


