El cielo de Sídney se iluminará para recibir el Año Nuevo, pero no habrá multitudes ahí para verlo. Autoridades locales informaron que sí habrá los tradicionales fuegos artificiales, pero sin público masivo ante el reciente rebrote de Covid-19 en el barrio norte de la urbe.
Solo las personas con permisos especiales para ir a una vivienda o negocio podrán estar en la zona centro, indicó este lunes Gladys Berejiklian, jefa del gobierno del estado de Nueva Gales del Sur, cuya capital es Sídney.
Los fuegos artificiales de Sídney tienen como escenario el famoso Puente de la Bahía y la Casa de la Ópera y aglutina cada año a más de un millón de personas, entre ellos turistas, en parques y espacios públicos de los alrededores, así como restaurantes, rascacielos, bares o yates privados.
La vistosa celebración pirotécnica capta la atención internacional al ser una de las primeras celebraciones para recibir el año nuevo en el planeta.
A mediados de diciembre, las autoridades sanitarias detectaron un foco de covid-19 en el distrito de las Playas del Norte, lo que obligó a las autoridades a confinar el 19 de diciembre a sus 250 mil habitantes y a reforzar las medidas de restricción social para el resto de Sídney.
Este lunes se informó de cinco nuevos casos de la Covid-19 por transmisión local, por lo que aumenta hasta 127 el número total de infecciones vinculadas a este foco.
El gobierno de Nueva Gales del Sur anunció hoy que extenderá el confinamiento de las Playas del Norte hasta la próxima semana, aunque hará unas pequeñas concesiones para permitir reuniones locales limitadas durante las fiestas de Nochevieja, tal y como lo hizo durante la Navidad.
En el resto de la ciudad se también se impuso un límite de 10 personas a las reuniones dentro de las viviendas y 50 al aire libre.
Berejiklian también mencionó que su gobierno canceló un evento especial para rendir homenaje a los trabajadores de primera línea en la lucha contra la pandemia que iba a realizarse en la bahía de Sídney durante la despedida de la nochevieja.
Sídney, con 5,3 millones de habitantes la ciudad más poblada del país, permanece aislada del resto del territorio australiano debido a las restricciones de movimiento impuestas por otras jurisdicciones del país para evitar la propagación del virus.
Australia -que mantiene sus fronteras internacionales cerradas desde marzo, salvo ciertas excepciones- acumula desde el inicio de la pandemia más de 28.300 casos confirmados, que incluyen 908 muertos, la gran mayoría durante el rebrote del covid-19 en Melbourne, que lleva casi 60 días sin nuevos contagios locales.