Miles de escoceses rindieron este domingo en silencio un último homenaje a Isabel II al paso del féretro que transporta a la difunta por la campiña escocesa que tanto amaba, en un viaje de seis horas.
El féretro de la monarca más longeva del Reino Unido abandonó primero la sala de baile de su querido castillo de Balmoral, donde falleció el jueves a los 96 años, portado por seis guardas hasta el coche fúnebre.
El cortejo de siete coches salió de las puertas de la residencia de verano poco después de las 10H00 (09H00 GMT), pasando junto a la masa de flores depositadas allí desde que se anunciara la muerte de la reina, tras 70 años y siete meses en el trono.
Lo que comenzó con unos pocos apesadumbrados vecinos que acudieron a presentar sus respectos a Balmoral en las primeras horas tras su fallecimiento, se convirtió en una multitud durante el fin de semana.
