Y el sueño se le materializó a Javier Chicharito Hernández. Era un mozalbete de 18 años cuando Chivas le dio su primera oportunidad en Primera División. En su debut ante el Necaxa, anotó. Algo de buena estrella traía.
Hay diferentes formas de cruzar la meta. Para el Chicharito, una de ésas fue salir por el zaguán rojiblanco hacía Europa en 2010. Pasó cinco años inolvidables en Manchester y luego uno más en el Real Madrid.
Lo aprendido en Chivas había valido la pena.
En suma, reencontrar a viejos amigos en el camino pone de buenas a cualquiera, incluso a Javier Hernández, que a cada paso que da, recibe un torbellino de críticas y que vive horas bajas alejado de la Selección Mexicana sin tener pasaje para el Mundial de Qatar.
Chicharito expande sus ojos diáfanos y se mueve con soltura como lo hace en el área, para responder las preguntas de la prensa. Sigue siendo un delantero de cepa aun cuando está sentado.
Con Chivas tiene un lazo que va del corazón a la mente, “para mí será muy lindo enfrentar a las Chivas, por todo lo que significa: por mi pase a Europa, porque es mi exequipo, por reencontrarme con compañeros que tuve en Selección Mexicana… Va a ser muy especial”.