La muerte de Fernando Toro Valenzuela ha dejado a México sin uno de sus tres deportistas más grandes de la historia, un hombre que fue adorado como una estrella de rock y en sus mejores días paralizó al país.
Con su mítico lanzamiento de tirabuzón, que acompañó con una recta poderosa y una curva con veneno, Valenzuela fue héroe de la victoria de Los Angeles Dodgers sobre los New York Yankees en la Serie Mundial de 1981 en la que ganó el premio Cy Young al mejor lanzador de la temporada y el trofeo de novato del año.
Nacido en noviembre de 1960 en Etchohuaquila, Sonora, el Toro firmó a los 19 años con los Dodgers, para en 1981 romper los moldes, al aprovechar todas las oportunidades, entre ellas la de abrir el partido inaugural de la temporada, en el que blanqueó a los Astros de Houston.
Ganó siete juegos más y al llegar a 8-0 provocó un estremecimiento en México, donde la hora de cada partido de los Dodgers fue como llamada a misa para millones de sus compatriotas que detenían todo para verlo, con su elegante estilo de mirada al cielo antes de cada lanzamiento.