El cuerpo del exlíder de las autodefensas, Hipólito Mora Chávez, fue llevado a su casa en la tenencia Felipe Carrillo Puerto, mejor conocida como La Ruana, del municipio de Buenavista, Michoacán.
El féretro del fundador del movimiento civil armado, fue colocado a un lado de su casa, acompañado de la imagen de la virgen de Guadalupe, de la que era devoto.
La fotografía de Mora Chávez, también fue presentada al pie de la caja de maderas finas, en la que es velado el también político y productor de limón, en esa zona de la Tierra Caliente.
En Morelia, gente cercana a Hipólito Mora Chávez e integrantes del Partido Encuentro Solidario, al que se afilió para contender por la gubernatura en la elección pasada, dio a conocer una carta póstuma que les dejó en vida el exlíder de las autodefensas:
Texto íntegro:
«Que mi muerte no sea en vano. Lo dije en muchas ocasiones; sabía que este día llegaría. Lo dije: me voy a morir peleando. Solo quiero que mi muerte no sea en vano; que los michoacanos, que todos presumimos bravura, seamos valientes una vez y acabemos con este mal que nos tiene en el suelo.
Que los policías, vean que tienen la fuerza para acabar con esto; que el gobierno, el que esté, en el momento de mi muerte, se fije en los ciudadanos, antes que en sus campañas o en sus bolsillos.
Yo nunca acepté sobornos, ni intimidaciones; luché sin recibir nada a cambio, más que el cariño de la gente. Los que no me quería, eran los chicos malos. Yo estaré con mi hijo Manolo y le diré a la muerte: ¿dónde estabas? ¿por qué me huías tanto?.
Que mi muerte no sea en vano y tanto mi familia, como mis amigos y mis fieles seguidores, hagan lo que tengan que hacer, para que la lucha que yo empecé, siga siendo por una causa justa para los ciudadanos.
Aquí y en el otro mundo, soy y seguiré siendo, Hipólito Mora Chávez».