La candidata ultraderechista Marine Le Pen fue la primera en votar en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Francia.
Le Pen depositó su voto en su bastión de Hénin-Beaumont, al norte del país.
La candidata de Agrupación Nacional (RN) pugna por cumplir el sueño de décadas de la extrema derecha con un discurso centrado en el poder adquisitivo y una imagen menos radical.
En 2017 perdió el balotaje ante el liberal Emmanuel Macron con un 33.9% de votos.
Cinco años después, los sondeos le dan una mayor intención de voto, insuficiente para derrotar a Macron.
Pero la progresión atestigua su éxito en ahuyentar los temores sobre su partido y mostrarse como capaz de gobernar.