Alemania entró este lunes en un periodo de incertidumbre después de una elección cerrada en la que los dos mayores partidos defienden el derecho de encabezar la economía más grande de Europa, dejando sin definir quién será el sustituto de Angela Merkel.
Liderados por el ministro de Finanzas y vicecanciller saliente Olaf Scholz, los socialdemócratas del SPD se proyectan como ganadores con 25.7% de los votos, según resultados preliminares publicados este lunes en el sitio web de la comisión electoral.
Los Verdes aparecen de terceros con 14,8%, seguidos del liberal FDP con 11.5% y el ultraderechista Alternativa para Alemania con 10,3%.
En Alemania no son los votantes los que eligen directamente al jefe de gobierno, sino los diputados, una vez formada la mayoría.
Pero esta vez la mayoría es especialmente complicada de formar, ya que debe reunir a tres partidos -la primera vez que esto ocurre desde los años 1950- debido a la fragmentación del voto.
Para un país acostumbrado a la estabilidad política tras 16 años bajo el liderazgo firme de Merkel, los próximos meses se perfilan como un periodo tormentoso.
Tanto Scholz, de 63 años, como Laschet, de 60, dijeron que pretenden tener un gobierno instalado antes de Navidad.