Israel, que alguna vez lideró la carrera de vacunación contra el COVID-19, es ahora uno de los focos de la pandemia más grandes del mundo.
Inicialmente se proyectaba que sería el primero en vacunar a toda su población, pero en la semana hasta el 4 de septiembre, el país tuvo el mayor número de casos per cápita, según cifras compiladas por la Universidad Johns Hopkins.
Los casos diarios subieron a un máximo histórico de 11 mil 316 el 2 de septiembre. No obstante, el número de personas que se enfermaron gravemente y fueron hospitalizadas aumentó más lentamente que durante la última ola de coronavirus, alcanzando un máximo de 751 a fines de agosto, en comparación con mil 183 a mediados de enero.
La vivencia reciente de Israel muestra cómo el cálculo cambia en los lugares donde el progreso fue más rápido. Ya no se trata solo de si las personas contraen el coronavirus, sino también de cuán gravemente se les desarrolla. Es fundamental asegurarse de que las vacunas sigan funcionando contra la variante delta altamente infecciosa.