En Cleveland, los Yankees no estaban dispuestos a empacar tres derrotas en la maleta. Antes del vuelo de regreso a Nueva York y con los Blue Jays esperando para enfrentarse en el Yankee Stadium, el equipo evitó la barrida gracias a una salida de manual del zurdo Carlos Rodón, quien lanzó siete entradas de control absoluto para asegurar el triunfo 5-1.
Rodón fue todo lo que los Yankees necesitaban tras dos noches para el olvido: eficiente, dominante y oportuno. Permitió solo cuatro hits, recetó ocho ponches y se llevó su segunda victoria consecutiva, además de su segunda salida de calidad seguida. Su efectividad bajó a 3.50 y su ritmo comienza a parecerse al que firmaron en el contrato.
Claro, para ganar también se necesitan carreras, y los bates de Nueva York no tardaron en responder. En la primera entrada, Aaron Judge —quien juega como auténtico MVP— pegó un triple que mandó al plato a Ben Rice. Luego Paul Goldschmidt, que no conoce la palabra transición, conectó doblete remolcador para el 2-0.
En la segunda, repitieron la fórmula. Rice impulsó a Jasson Domínguez con sencillo, y Goldschmidt volvió a producir con otro imparable. La remolcada de Cleveland de José Ramírez de poco sirvió.