La semana pasada, un hombre de la ciudad estadounidense de San Francisco que se oponía a las vacunas mató a tiros a su hijo de 9 años antes de dispararse a sí mismo, publica RT. Los detectives están investigando el caso como asesinato-suicidio
Los cuerpos de Stephen O’Loughlin, de 49 años, y su hijo, Pierce O’Loughlin, fueron descubiertos el miércoles por la tarde por la Policía, que había recibido una alerta después de que el niño no se presentara en la escuela.
El trágico hecho se produjo después de que O’Loughlin se viera envuelto en una amarga batalla por la custodia de Pierce con su exesposa tras su divorcio en 2016. Durante años, el hombre se opuso a que culaquier tipo de vacuna fuera administrada a su hijo, informa San Francisco Chronicle, citando documentos judiciales
La madre de Pierce, Lesley Hu, había estado intentando conseguir la custodia exclusiva del niño desde julio pasado. Según se informa, Hu acusó a O’Loughlin de ser «antivacunas», y señaló que su postura al respecto había adquirido «un tono de culto».
El juicio del caso estaba programado para comenzar el día antes del asesinato, pero se pospuso hasta marzo.
Además, Hu afirmó que de 2012 a 2016 O’Loughlin pagó miles de dólares a un grupo de autoayuda para sesiones de terapia individual. La denuncia alega que tomó estas medidas después de determinar que «el Gobierno estaba tratando de atraparnos y controlarnos mentalmente».
Cabe señalar que Lorie Nachlis, abogada de la madre, expresó su preocupación de que la tragedia se percibiera erróneamente como relacionada con las vacunas. Al respecto, subrayó que el padre del niño sufría de una enfermedad mental.
«Creo que es innegable que el padre de Pierce sufría de una enfermedad mental no tratada, lo que provocó que le quitara la vida a su hijo, así como la suya», aseveró la abogada en un comunicado. «Creo que hizo este acto horrible para ejercer un control final sobre Lesley».