Durante casi dos décadas, el Centro Nacional de las Mariposas, en la ribera del río Bravo, ha sido un lugar que atrae a amantes de la naturaleza de todo el país, que acuden a mirar a las mariposas alas de telaraña verde.
Pero quienes se dedican a difundir en internet conspiraciones de derecha dicen que el centro es algo más: una pantalla para el tráfico de personas, tráfico sexual y explotación infantil. Estas mentiras se han propagado tanto en los últimos años, que ahora llegan al centro algunos visitantes que no tienen ningún interés en las mariposas.
El mes pasado, Kimberly Lowe, candidata republicana al congreso de Virginia, fue ahí en busca de un lugar donde se trafica con personas y tuvo un altercado físico con su directora, Marianna Treviño Wright. Días después, un hombre de una nueva organización de medios de comunicación vinculada con Steve Bannon grabó un video afuera de las rejas del centro en el que afirmaban que había “amenazas fehacientes de cárteles que trafican niños a través del centro de las mariposas”. Para fundamentar sus argumentos, el hombre mostraba un zapatito.
La semana pasada, mientras las mariposas aleteaban sobre el pasto dorado por el invierno, los miembros del personal, frenéticos, empacaban archivos, contestaban mensajes de simpatizantes apesadumbrados y colgaban un letrero en la puerta: “Cerrado hasta nuevo aviso”.
Este centro se ha convertido en la víctima más reciente de la desinformación descontrolada que se difunde por internet.
Convertirse en el foco de este tipo de atención ha aterrado y enfurecido a los empleados del centro de las mariposas, algunos de los cuales ya han tomado medidas para protegerse.