Durante buena parte de la temporada, pareció que éste definitivamente no sería su año.
Perdieron sus primeros cuatro juegos y muy pronto se convirtieron en un hospital. Se quedaron sin su pelotero más dinámico antes de la pausa por el Juego de Estrellas. Languidecían por debajo de la marca de .500 en agosto.
Y de algún modo inexplicable, estos Bravos se transformaron y despegaron hasta llegar a lo más alto.
Jorge Soler, Freddie Freeman y Atlanta navegaron tranquilos hacia su primer título de la Serie Mundial desde 1995, al apabullar 7-0 a los Astros de Houston en el sexto juego.