La mañana del viernes, el rutinario recuento de las 8:30 horas en la Cárcel de la Parroquia de Orleans terminó en alarma: once reclusos “armados y peligrosos” habían desaparecido. Según la Oficina del Sheriff (OPSO), la evasión se produjo poco después de la medianoche, aunque no fue advertida hasta horas más tarde.
La superintendente de la Policía de Nueva Orleans, Anne Kirkpatrick, confirmó que uno de los fugitivos, identificado por la Policía Estatal de Luisiana como Kendall Myles, fue localizado mediante reconocimiento facial en el centro histórico de la ciudad y detenido “sin mayores incidentes” tras una breve persecución a pie. Las cámaras de vigilancia del Barrio Francés captaron el rostro del recluso, desencadenando la primera captura y demostrando la utilidad de la tecnología de inteligencia artificial en un operativo que, de inmediato, incluyó al FBI, a los U.S. Marshals y a cuerpos estatales.