Entre gritos de ¡presidente, presidente! y es ¡es un honor estar con Obrador!, el presidente Andrés Manuel López Obrador inició su sexto y último Informe de Gobierno en el Zócalo capitalino. “Con el pueblo todo, sin el pueblo nada”, subrayó.
“Hoy rindo ante ustedes y ante el pueblo y la nación, mi último informe de Gobierno y lo hago más convencido que nunca de que lo mejor de México es su pueblo, heredero de civilizaciones que florecieron desde mucho antes de la llegada de los invasores europeos”.
Gracias a la raíz de esas culturas prehispánicas, de ese México profundo, “las mexicanas y los mexicanos de hoy son en su inmensa mayoría trabajadores solidarios y honestos. El legado de principios buenos que se transmitieron de generación en generación y que no han desaparecido a pesar de la opresión, el clasismo y el racismo es lo que nos distingue. Sin duda como un país de tradiciones y de grandeza”.
De esa raíz viene también la singular historia de México. “No olvidemos que los padres de nuestra patria, Hidalgo y Morelos, no solo lucharon por la Independencia, sino también contra la opresión, la esclavitud y contra la desigualdad”.
Recordó que Benito Juárez estableció el Estado Laico e hizo un recuento de las transformaciones en el país, enalteciendo a quienes las encabezaron, como los hermanos Flores Magón, Emiliano Zapata.
“Cuántos demócratas en el mundo sinceros han existido como Francisco I. Madero; cuantos presidentes han profesado amor al pueblo pobre, como el general Lázaro Cárdenas del Río. De eso estamos hechos los mexicanos. Somos herederos de un pasado grandioso y de una historia excepcional y fecunda”.