Luego de las jornadas violentas que se presentaron la semana pasada en los estados de Jalisco, Guanajuato, en Ciudad Juárez, Chihuahua y en zonas de Baja California, el presidente Andrés Manuel López Obrador comenzó a analizar la posibilidad de realizar las reuniones de seguridad e informar al respecto los sábados.
“Ya estoy pensando en la posibilidad de que tengamos reuniones los sábados para que no se nos acumule tanto, seguridad y conferencia”, adelantó.
Con esto limitaría el tiempo que tienen sus adversarios para “manipular” y “distorsionar” los hechos que ocurren en el país, explicó.
“Si les damos tiempos a nuestros adversarios conservadores que quieren que nos vaya mal y están muy desesperados, nerviosos, haciendo propaganda, usan los fines de semana para manipular y distorsionar las cosas”.
El mandatario acusó a sus críticos de sembrar rumores sobre la ola de violencia que azotó al país este fin de semana y usarlos en su contra, como el periodista Ricardo Alemán, quien señaló que fue una estrategia de López Obrador para justificar la militarización del país.
“Hay gente que está pensando que tiene que ver con cuestiones políticas pero eso es mejor mantenerlo como una hipótesis y no darle tanta importancia porque hasta en el supuesto de que fuese así, aceptando sin conceder, pues eso no funciona”, lanzó.
“Qué les va a ayudar a los adversarios, solo que estén muy desesperados y que estén molestos, enfurecidos, pero eso es muy irracional, además no tiene eficacia porque la gente se da cuenta de todo”, agregó.
López Obrador calificó estos rumores de propaganda negra y pidió a la gente conservar la calma pues aún hay “gobernabilidad y estabilidad” en el país.
“Vamos bien, no se dejen manipular. No tengo duda que nuestros opositores corruptos ayudan en la propaganda negra”, manifestó.
