Los diputados británicos aprobaron en una primera lectura el viernes la propuesta de ley sobre la muerte asistida para ciertos enfermos en fase terminal, una medida que ha suscitado polémica. El texto permitiría el suicidio asistido a los pacientes en Inglaterra y Gales que se encuentren en fase terminal, con solo seis meses de esperanza de vida. Para poder acogerse a esta opción, los pacientes deben ser capaces de expresar una elección clara y contar con la luz verde de dos médicos y un juez.
La propuesta fue aprobada por 330 votos a favor y 275 en contra. Ahora deberá ser examinada y enmendada en comisión antes de ser sometida de nuevo a la aprobación de las dos cámaras del Parlamento británico. Su promotora, la diputada laborista Kim Leadbeater, asegura que estas cláusulas lo convierten en el texto «más robusto» del mundo sobre esta cuestión. Ante la Cámara de los Comunes, declaró que el texto quiere otorgar «elección, autonomía y dignidad» a los adultos con una enfermedad en fase terminal.
«La ley actual «no es clara y no protege a los pacientes, las familias y el personal de salud, lo cual empuja a la gente a acciones desesperadas», argumentó la diputada laborista.