Benín empezó a recobrar la normalidad este lunes tras el intento de golpe de Estado del domingo frustrado con ayuda de la vecina Nigeria.
Un grupo de militares, portando fusiles de asalto, anunció el domingo por la mañana en la televisión nacional la destitución del presidente Patrice Talon.
Argumentaron su acción por el «deterioro constante» de la seguridad en este pequeño país costero del oeste de Africa, que en los últimos años ha registrado un repunta de la violencia yihadista, sobre todo en el norte.
Pero, horas después, el presidente Talon apareció en la televisión para asegurar al país que la situación estaba «completamente bajo control».
Este lunes, la calma reinaba en Cotonú, la capital económica de Benín, y el tráfico retomaba su ritmo habitual, observaron reporteros de Afp.
El intento de golpe en Benín sigue a una ola de tomas del poder por parte de militares en varios países del oeste de África, incluyendo Malí, Burkina Faso, Níger, Guinea y, más recientemente, a finales de noviembre, en Guinea-Bisáu.


