Los presidentes de Rusia y China exhibieron el miércoles su relación «modelo» en una videoconferencia y anunciaron la visita de Vladimir Putin a los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín en medio de las tensiones entre ambos países y Estados Unidos.
El tono amistoso de la conversación, retransmitida en parte por la televisión rusa, contrasta con las críticas occidentales hacia Moscú, sospechoso de preparar una invasión de Ucrania, y hacia Pekín por la represión en Xinjiang y Hong Kong.
Putin alabó la relación entre las dos potencias, basada en la «no injerencia», el «respeto de los intereses de cada uno» y su «determinación de transformar la frontera común en un cinturón de paz eterna y buena vecindad»