Todo queda en suspenso. América y Pumas dejaron todo para el partido de vuelta y en un partido, que por momentos tuvo una intensidad muy lejos de una Liguilla, igualaron 0-0 para dejar al aire la reflexión sobre el adiós del gol de visitante.
El cuadro auriazul manejó el partido, la cancha y el juego, por lo menos durante el arranque. Aunque desde las gradas el esporádico grito de América ratonero se hizo presente junto con el descontento con Solari que se reservó de inicio a Roger, Henry y Córdova.
Alan Mozo intentó reivindicarse con la afición que varias veces a lo largo del torneo protestó por sus desatenciones, el zaguero fue veloz, encaró y le dio salida por la banda a su escuadra, el público, en más de una ocasión vitoreó su lucha y el Olímpico Universitario se sintió lleno a pesar del aforo limitado con el cántico de Goya goya, cachún cachún, ra ra una y otra y otra vez.
La gente jugó un rol importante, supo interpretar su papel y estalló en indignación contra el colegiado luego de que Juan Ignacio Dinenno viera la amarilla por una falta sobre Richard Sánchez.
Pumas estuvo cerca de abrir el marcador con un testarazo al área del ‘Palermo’ Ortiz que provocó la melé en él área y la intervención de Guillermo Ochoa.
Pero fue el mismo Ortiz quien por poco le cuesta el gol en contra a los felinos, el zaguero no supo controlar el balón en un saque de banda y Federico Viñas aprovechó para encarar sin éxito a Alfredo Talavera.
El ingreso de Henry revolucionó el ataque americanista, pero fue Pumas quien ofreció las facilidades. Ante esto, Lillini reaccionó desde el banquillo, Meritao, Corozo y García entraron a la cancha.