Dos zarpazos de Juan Ignacio Dinenno por dos más de Nico Lodeiro sentenciaron el empate entre Pumas y Seattle Sounders en la final de ida de la Liga de Campeones de la Concacaf. La espera de Andrés Lillini valió la pena, prácticamente sobre la hora el estratega supo que su mejor hombre al ataque estaría listo para el encuentro, pero no fue suficiente para que el cuadro auriazul se fuera de casa con una ventaja.
Con fuegos artificiales, tambores y cánticos imparables, así, bajo ese tenor recibió Ciudad Universitaria la final de la Liga de Campeones de Concacaf.
El hambre de triunfo, de acabar con la sequía de títulos se hizo presente desde el momento en el que Pumas saltó al terreno de juego.
Pero Seattle no fue un rival a modo, por el contrario, opuso resistencia y supo sortear las dificultades como de la afición universitaria y su constante apoyo y la incesante lluvia que le impidió a ambos equipos jugar con soltura.
Los primeros suspiros en las gradas los provocó una chilena de Nico Freiré, poco después Jordan Morris con un disparo de larga distancia que pasó apenas por encima de la portería de Talavera.
Fue un duelo de ida y vuelta y mientras se libraba una batalla por la gloria en la cancha, los accesos al inmueble estaban abarrotados, los túneles se desbordaban de aficionados que pedían a gritos su ingreso.
Varios de ellos llegaron a tiempo para presenciar un penal sobre Juan Ignacio Dinenno.