Estados Unidos le puso precio a los hijos de El Chapo Guzmán tras anunciar una recompensa de 20 millones de dólares por cuatro de ellos y a quienes identifica como miembros del cártel de Sinaloa del que su padre era el líder junto con Ismael El Mayo Zambada.
En una ofensiva para frenar las muertes por el consumo de fentanilo en territorio estadunidense, el Departamento de Estado hizo públicas las recompensas y los carteles con la leyenda de «Se busca» para Ovidio y Joaquín Guzmán López, este último del que casi no se sabe, así como de Iván Archivaldo, El Chapito, y Jesús Alfredo Guzmán Salazar, Alfredillo.