Ante la posibilidad de perder por estrecho margen en varias jurisdicciones disputadas, el presidente Donald Trump podría verse en la alternativa de pedir a la Corte Suprema que descarte los votos en dos o más estados para impedir que Joe Biden asuma la presidencia.
Es una situación muy distinta que en la disputada elección presidencial de 2000, que fue resuelta efectivamente por la Corte Suprema. En ese caso el enfrentamiento era en torno a los votos de Florida, con un recuento en oposición a tratar de detener el conteo inicial.
La campaña de Trump y los republicanos ya están presentando demandas en varios estados, aunque la mayoría son de escala menor y afectan pocos votos.
Los jueces en Georgia y Michigan desestimaron rápidamente las demandas de la campaña el jueves, lo que socavó la estrategia de atacar la integridad del proceso de votación en estados donde el resultado podría ser adverso al presidente.
Mientras tanto, Biden se acercaba lentamente a los 270 votos en el Colegio Electoral, el mínimo necesario para llegar a la Casa Blanca.
Trump y su campaña prometieron más demandas, con denuncias infundadas de fraude electoral.