Las activistas del colectivo Aborto Seguro en Sonora organizan jornadas de capacitación para crecer su capacidad de atención ante una eventual andanada de embarazadas que viajen desde Arizona, hacia las ciudades fronterizas de México para conseguir el misoprostol, un medicamento recetado para úlceras gástricas pero que la OMS ha avalado protocolos para su utilización en abortos no quirúrgicos.
Esta semana, la Corte Suprema de Arizona determinó que el estado debe adherirse a una ley de 123 años de antigüedad que prohíbe los abortos en su totalidad, excepto en los casos donde “sea necesario para salvar” la vida de una embarazada.
Andrea Sánchez, activista de Aborto Seguro Sonora, advirtió que al día reciben más de 20 solicitudes de mujeres que buscan al colectivo para interrumpir su embarazo con el uso del misoprostol, asistidas mediante un protocolo que denominan aborto seguro.
“Trabajamos en alianza con organizaciones de México, la frontera y Arizona, la colaboración es para proporcionar un aborto seguro, son miles de mujeres que se acercan, tanto residentes de EU, como extranjeras en tránsito que, debido a su situación migratoria, requieren un aborto, pero tienen miedo y hay estigmas, no se sienten seguras de acceder a las clínicas, aunque en algunos estados vecinos se puede acceder al aborto en distintas causales”.
Dijo que el programa denominado Frontera Solidaria facilita el acceso a mujeres de México, migrantes y estadunidenses a los abortos seguros con misoprostol, que aplican mediante un protocolo en el que las activistas han sido capacitadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
