El secretario general de la ONU, António Guterres, pidió en Bakú, durante la ceremonia de apertura de la COP29, nuevos gravámenes para el transporte marítimo y la aviación, así como la extracción petrolera y gasística, como una forma innovadora de ayudar a los países pobres a financiar la costosa transición climática.
“Los contaminadores deben pagar”, dijo Guterres en su discurso de apertura, que centró en gran medida en los problemas de financiación que el mundo en desarrollo encuentra para llevar a cabo su transición de los combustibles fósiles a las energías renovables, cuando además son los países pobres los que menos contribuyen al calentamiento global.
Guterres, que ha puesto la crisis climática en el centro de sus preocupaciones desde su primer mandato, recurrió de nuevo a la retórica alarmista para subrayar la urgencia de tomar decisiones: “Escuchemos el tictac del reloj: estamos en la cuenta atrás para limitar el aumento de temperaturas a 1.5 grados, y el tiempo no está de nuestro lado”.
Recordó que el mundo ya ha alcanzado su récord de día más caliente, también su mes más caliente “y este va a ser con certeza el año más caliente”, vaticinó, y echó mano de un sondeo de la Universidad de Oxford y el PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo), según el cual un 80 por ciento de los ciudadanos del mundo quieren más acción climática: “Científicos, activistas y jóvenes piden cambio; escuchémoslos”, exclamó.