Aún es posible que el sida deje de ser una amenaza para la salud pública a finales de esta década, uno de los objetivos de la Agenda 2030, pero para ello los gobiernos deben proteger los derechos de todas las personas que viven con el virus VIH o corren riesgo de contraerlo, advierte Naciones Unidas.
En vísperas de que se celebre como cada 1 de diciembre el día mundial contra esa enfermedad, el Programa Conjunto de la ONU sobre el VIH/Sida (ONUSIDA) indicó en su informe anual que las violaciones de las libertades fundamentales son uno de los principales escollos para lograr esa meta a finales de la década.