La superestrella de los Dodgers, Shohei Ohtani, dijo ayer que nunca había apostado al beisbol ni a otros deportes, declarándose “entristecido y conmocionado” por las acusaciones de que su intérprete le robó millones de dólares para pagar deudas en apuestas deportivas.
En sus primeras declaraciones públicas sobre el escándalo que estalló la semana pasada, y que provocó el despido de su viejo amigo y traductor Ippei Mizuhara, Ohtani subrayó que había sido víctima de una estafa multimillonaria.
«Nunca he apostado en beisbol ni en ningún otro deporte, nunca he pedido a nadie que lo haga en mi nombre y nunca he recurrido a una casa de apuestas para apostar en actividades deportivas”, declaró el astro japonés a través de un traductor.