En camiones, camionetas y casas rodantes, cientos de personas comenzaron a llegar al extremo sur de Estados Unidos para manifestarse contra la “invasión” migratoria que dicen que afecta al país, en una caravana denominada Take our border back.
“Únete a la pelea de Dios” llevaba escrito en su carrocería uno de los vehículos que llegó hasta un rancho en Quemado, un pueblo de Texas de 162 habitantes, con rústicas casas esparcidas en medio del valle por donde discurre el río Bravo o Grande, la frontera natural entre Estados Unidos y México.
El convoy, de unos 300 vehículos y apodado Ejército de Dios por sus creadores, comenzó en Norfolk, Virginia, y había hecho escalas anteriores en Florida y Luisiana. Varias camionetas lucían banderas de apoyo al exmandatario Donald Trump, favorito republicano para las presidenciales de noviembre.
Se espera que eventualmente se dirijan hacia Eagle Pass, Texas, para, dicen, apoyar a las autoridades locales. Los organizadores del convoy aseguran que su misión es enfrentarse a los “globalistas” que, según afirman, están conspirando para mantener abierta la frontera de Estados Unidos y permitir que los migrantes crucen ilegalmente desde México.