En medio de la pandemia en noviembre de 2020, los Departamentos de Investigación Tsukuba del Museo Nacional de Naturaleza y Ciencia de Tokio abrieron sus puertas al público, atrayendo a entusiastas investigadores aficionados. Entre ellos, Hinako Komori, una estudiante de primaria de 10 años, y su padre, Hidemi, quienes se embarcaron en una jornada que llevaría a un descubrimiento fascinante sobre el lobo japonés, una especie extinta hace más de un siglo.
La visita comenzó en un edificio que alberga más de 2 millones de especímenes de diversos departamentos de investigación. Mientras recorrían el séptimo piso dedicado a taxidermias de mamíferos terrestres, Hinako observó detenidamente un espécimen que creía parecido al lobo japonés, desencadenando una investigación que involucraría a esta joven apasionada, junto con los académicos Sayaka Kobayashi y Shin-ichiro Kawada.
Este descubrimiento casual abrió un nuevo capítulo en la historia del lobo japonés, una especie que alguna vez deambuló por los bosques y montañas de Japón y desapareció a fines del siglo XIX debido a la industrialización y la caza.