Alain Delon, fallecido este domingo a los 88 años, fue el actor francés más carismático y famoso de la historia del cine, con un aura oscura de lobo solitario que lo persiguió hasta el final.
«Me gusta que me amen como yo me amo a mí». Para este hombre que hablaba de sí en tercera persona, todo lo que emprendía sólo podía hacerse desmesuradamente.
Un estilo que al final de su vida lo persiguió, entre querellas familiares, declaraciones contradictorias y polémicas sobre su carrera y las mujeres.