Acompañado de cuatro agentes, Juan Pablo baja la montaña, dándole la espalada a una estatua de Jesús con los brazos abiertos que corona la cima. En la base, dentro de una ambulancia, está su esposa.
La Patrulla Fronteriza ubicó a la pareja después de que cruzaron hacia Estados Unidos desde México en una zona desértica al este de El Paso (Texas).
Ambos tienen 25 años y vienen de Honduras. Su intención era pasar sin ser detectados, pero tras horas intentando esconderse de las autoridades, a más de 40 grados centígrados, el cuerpo de Kensy no dio más y colapsó.
“Tiene sus iniciales adentro”, dice Juan Pablo, mostrando sus anillo de matrimonio. Los paramédicos pasan un paño húmedo a su pareja por todo el cuerpo. Ella respira, tenuemente. Sus pies descalzos, inmóviles, contrastan con el blanco de la camilla.
Cada vez más personas son atendidas de emergencia o mueren en la zona fronteriza. Las altas temperaturas que han superado récords históricos y las nuevas restricciones al asilo promulgadas por la Administración de Joe Biden podrían agravar esta situación.