Cuando todo estaba preparado para una fiesta multitudinaria, cuando el partido se encaminaba a la victoria del líder absoluto de la Serie A, apareció el Salernitana (1-1) para posponer la celebración de un ‘scudetto’ que ya es histórico, pero que tendrá que esperar para viajar a Nápoles.
La larga espera de 33 años tendrá que alargarse unos días más. Lo que empezó como un día de celebración en Nápoles con la victoria del Inter Milán que habilitó las cuentas y que continuó con el tanto de Olivera, tornó en una fría tarde desaliñada por culpa de Boulaye Dia, que no evitará que el Nápoles levante el título, pero que sí pospone el festejo mínimo, hasta el jueves, en campo del Udinese.
El inicio del partido estuvo a la altura de lo esperado en Nápoles. Con un Diego Armando Maradona lleno, que esperaba con ansia la victoria, el Nápoles salió sin especular, como siempre durante la temporada, pero esta vez con una energía contagiosa, acorde con la atmósfera general en una ciudad volcada con su equipo.