Este jueves se superaron en la Franja de Gaza los más de 30 mil muertos en 146 días de guerra; una cifra récord que precede, por un lado, un futuro devastador y desconocido para los palestinos, y por el otro, una sociedad israelí traumatizada, polarizada y dispuesta a mantener la ofensiva bélica.
¿Cómo contextualizar una avalancha de cifras?
En esta ofensiva terrestre, al igual que la de 2008, la prensa internacional no tiene permitido acceder al enclave, lo que dificulta el derecho a la información, sobre todo, tras el asesinato de casi un centenar de periodistas palestinos, según el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ).
El Ejército israelí ha confirmado la muerte de 242 soldados desde el inicio de la ofensiva terrestre el 27 de octubre, mientras que desde el 7 de octubre, el Ministerio de Sanidad gazatí, controlado por Hamás, ha registrado 30 mil 35 muertos, en su mayoría mujeres y niños, y 70 mil 457 heridos; además de unos 7.000 cuerpos bajo los escombros.
En total, un 4.3% de los habitantes de Gaza ha muerto o está herido; en una población con una edad media de 18 años distribuida en 365 kilómetros cuadrados -superficie similar a Medellín (Colombia), Málaga (España) o Ciudad Juárez (México)-.
¿Qué es Hamás?
Hamás, grupo islamista que perpetró el pasado 7 de octubre el brutal ataque en suelo israelí que dejó unos 1.200 muertos y más de 250 secuestrados, nace en 1987 a la sombra de la Primera Intifada, con la promesa de erradicar el Estado de Israel y contrario a los Acuerdos de Oslo. Occidente, incluido EEUU y la UE lo considera terrorista.
Su popularidad crece como proveedor de educación, alimento y sanidad, y en 2006 gana unas elecciones en la Franja -tras la retirada de colonos israelíes del enclave- que desencadena su bloqueo por parte de Israel y Egipto. Más de la mitad de la población gazatí actual no había nacido entonces y Hamás no ha vuelto a pasar por las urnas.
Israel dice haber matado a unos 12.000 de sus milicianos en esta guerra; con escasas bajas de alto rango salvo el asesinato selectivo por un dron de Saleh al Arouri en el Líbano. Hamás reduce su cifra de bajas a la mitad; mientras que voces críticas temen que esta guerra, con tantas víctimas civiles, aumente la adhesión de jóvenes a las milicias.