Cientos de manifestantes tomaron el Congreso de Guatemala e incendiaron varias oficinas hasta ser desalojados por fuerzas de seguridad y cuerpos de bomberos, que apagaron el incendio.
Durante alrededor de unos 10 minutos, en medio del caos, los inconformes lograron incendiar una parte del edificio y también destrozar todo lo que encontraron a su alrededor.
Los manifestantes, en su mayoría encapuchados, rompieron la puerta de ingreso al Congreso y también las ventanas, lanzando antorchas de fuego al interior y avanzando para destruir las instalaciones. Los diputados no se encontraban en el hemiciclo y al momento no se han divulgado datos sobre heridos o fallecidos dentro del edificio, ubicado en el centro de la ciudad de Guatemala.
Los manifestantes fueron desalojados con el paso de los minutos mediante bombas lacrimógenas por parte de la Policía Nacional Civil, obligándolos a dispersarse y evacuando la calle. Los cuerpos de bomberos llegaron al lugar para apagar el incendio, sin que se conozcan los daños al momento.