Nuestro país acaba de realizar las elecciones más numerosas de su historia; mismas en las que afortunadamente en esta ocasión, no pasaron desapercibidas para la mayoría de la población.
Registrando en esta edición, una participación de poco más del 53%. de los 93.5 millones de mexicanos empadronados y convocados para emitir su voto.
Cabe resaltar que en este proceso electoral distintos factores influyeron en los resultados de las mismas, tales como la pandemia, la violencia, la polarización política y social exacerbada, las redes sociales, las conferencias matutinas emitidas desde Palacio Nacional, etc.
Por lo tanto, no es ninguna sorpresa que millones de mexicanos nos encontráramos despiertos este lunes 7 de junio con un nuevo panorama político, aunado a la victoria de la oposición en al menos tres gubernaturas y del oficialismo en nueve, según los conteos preliminares del PREP.
Así como también contaremos con un nuevo equilibrio parlamentario, en el cual el oficialismo contó con un apoyo de 42% y la alianza opositora del 40%.
Sin embargo, cabe decir que una de las grandes sorpresas de la elección fue la “división” de la Ciudad de México en dos mitades.
Las cuales consisten en la zona occidental gobernada por la oposición y la oriental por el lado oficialista. Hecho que fue equiparado por internautas con el conocido Muro de Berlín.
Sin embargo, estas elecciones cobraron relevancia al ser una suerte de plebiscito acerca de la gestión del gobierno federal.
Si bien es cierto que Morena sumó fuerza al gobernar en estados que solían ser bastiones del priismo, su rechazo en el Congreso es su mayor prueba de fuego.
Ya que deberá entablar acuerdos con alguno de los partidos de la oposición para que se le permita continuar realizando modificaciones constitucionales.
No obstante, la alianza opositora declaró en un comunicado que no le “ofrecería” ni un solo diputado a la bancada oficialista.
En una suerte de compromiso que los tres partidos más grandes de oposición en el país (PAN, PRI y PRD) encaran de cara a los siguientes comicios que tendrán lugar en 2024.
De momento es un logro positivo el que la oposición haya conseguido y con resultados muchísimo mejor de lo que se esperaba, alcanzar un balance legislativo y ser un obstáculo para el bloque monolítico en el poder.
Mientras tanto se vienen tres años complicados y llenos de retos para la oposición y la ciudadanía inconforme con el grupo en el poder.
Defender a nuestra democracia, será tarea de todos los días, hasta que llegue la hora cero del próximo día de la elección.