El papa Francisco lamentó el asesinato en México del sacerdote Marcelo Pérez, frecuente denunciante de la violencia del crimen organizado, después de oficiar misa en San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
“Me uno a la amada iglesia de San Cristóbal de las Casas, en el estado mexicano de Chiapas, que llora el asesinato del sacerdote Marcelo Pérez Pérez el pasado domingo”, dijo el pontífice tras el rezo del Ángelus desde la ventana del Palacio Apostólico.
Francisco recordó al cura como un “fervoroso servidor del Evangelio y del pueblo fiel de Dios”.
“Que su sacrificio, como el de otros curas asesinados por fidelidad al ministerio, sea siempre de paz y vita cristiana”, añadió.
El padre Marcelo, indígena tzotzil y defensor de los pueblos originarios que denunciaba la violencia del crimen organizado, fue asesinado a disparos mientras estaba en su coche en el barrio de Cuxtitali, un homicidio perpetrado después de que oficiara misa y a la vista de una docena de transeúntes.
El asesinato despertó la condena de la Iglesia católica y de organismos internacionales como la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH), que ha documentado al menos 134 homicidios de defensores de derechos humanos desde 2017 en México, con al menos siete asesinatos en lo que va de 2024.