En América Latina 63% de las personas que trabajan se encuentran en la informalidad, esto afecta a los sistemas de pensiones porque dificulta a los Estados en recaudar los aportaciones y contribuciones de los trabajadores; esta situación empeorará por la crisis económica derivada de la pandemia de coronavirus, mencionó la CAF.
También mencionó que los sistemas de pensiones tradicionales se diseñaron bajo el contexto de que la única fuente de trabajo era la del empleo formal. De esta manera, el empleador era el responsable de realizar las aportaciones de sus empleados.
El informe “Los sistemas de pensiones y salud en América Latina: los desafíos del envejecimiento, el cambio tecnológico y la informalidad” remarcó que una gran cantidad de trabajadores encuentra dificultades para alcanzar los requisitos de años mínimos de aportes o los montos aportados son insuficientes.
“El diseño de los sistemas de pensiones en la región debería seguir tres líneas generales(…) Primero, todos los adultos mayores deberían contar con un ingreso mínimo suficiente. Segundo, el componente contributivo de las pensiones debe estar equilibrado en términos financieros para ser sostenible. El tercer lineamiento se refiere a aspectos más específicos del diseño de las pensiones con un foco especial en los incentivos para aportar que ofrecen los distintos sistemas para aumentar la cobertura y los aportes”, agregó Pablo Sanguinetti, vicepresidente de Conocimiento de CAF.