Tal parece que la 4T ha dejado mucho que desear a nivel nacional, y en el caso de Chihuahua ha sido evidente su falta de liderazgo, eficacia y eficiencia en el manejo de asuntos públicos.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo (Coneval), ha advertido que 11 programas sociales prioritarios del presidente Andrés Manuel López Obrador, carecen de claridad en el problema público que se desea atender, ausencia de metas y deficiencia en resultados.
De acuerdo con el Coneval, de los 17 programas sociales prioritarios tan solo el 35 por ciento identifica con precisión a su población objetivo, pero no así la problemática pública que se pretende resolver; el 18 por ciento no cuentan con Enfoque de Resultados. Entre los programas con color amarillo y rojo se encuentran: Sembrando Vida, Fertilizantes, Universidades para el Bienestar Benito Juárez, Pensión para el Bienestar de las Personas con Discapacidad Permanente, Jóvenes Construyendo el Futuro y los Microcréditos para el Bienestar.
Realizar gasto público sin tener claro cuáles serán los resultados que se obtendrán es irracional, más aún en tiempos de crisis y recorte presupuestal en el que nos encontramos. El riesgo de gastar sin resultados es grande, la única explicación que quedaría es que su objetivo es otro, político electoral.
En nuestro estado el exdelegado de los programas federales del Bienestar Juan Carlos Loera de la Rosa es muestra clara de lo que representan estos programas, los cuales es evidente que se utilizan con fines políticos electorales. Loera de la Rosa utiliza un discurso que condena la descomposición que sufrió el medio político al simular acciones para obtener beneficios, utiliza una retórica que no es propia y ha presumido acciones de trabajo que están lejos de ser de él; ha dejado en claro que su mayor virtud es la utilización de los programas sociales en su beneficio. Cabe señalar que el exdelegado federal y actual precandidato a la gubernatura del estado por Morena tiene más de seis denuncias en la Secretaría de la Función Pública por incurrir en nepotismo.
Asimismo, también fue denunciado ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (Fepade).
Lamentablemente siempre se ha creído que el manejar o disponer de recursos garantiza la continuidad en el gobierno. Cabe hacerse las siguientes interrogantes: ¿Los gobiernos prefieren incentivar el desarrollo o que la ciudadanía dependa de programas clientelares? ¿No es más factible incentivar la educación de la sociedad, que entregarles dinero directamente?
Gran parte de la responsabilidad recae en los ciudadanos que prefieren a un gobierno que les mantenga (aunque sea en la miseria y sin satisfacer sus necesidades realmente). El estado de Chihuahua, siempre se ha caracterizado por tener ciudadanos distinguidos por la cultura del esfuerzo y del trabajo; de trabajar las tierras que caracterizan al estado grande. Chihuahua es tierra de gente trabajadora y luchadora.
En Chihuahua se requieren gobernantes que realmente vean por su gente y su desarrollo, que cuenten con experiencia para salir adelante de la crisis en la que nos encontramos.
Juan Carlos Loera en su carrera política ha tenido varias denuncias de nepotismo al contratar familiares y conocidos en diferentes oficinas de gobierno haciendo un mal uso de la confianza que se le dio al ser designado como representante del presidente en el estado. La Secretaría de la Función Pública, lo investiga por nepotismo, debido a que una sobrina suya, Myrna Brighite de la Rosa, habría sido contratada en la delegación que él encabezó; además, dicha denuncia alcanza hasta a la subsecretaria del Bienestar, Adriana Montiel, pues la sobrina del ahora exdelegado trabajó en 2019 como su secretaria particular con un sueldo de 45 mil pesos mensuales, aun teniendo la licenciatura trunca. Tal parece que no es congruente con los principios anticorrupción que tanto enaltece el presidente de la República.
Hace unos días, Loera de la Rosa vivió momentos de mucha tensión en dos ocasiones; la primera fue en Delicias y después en Rosales, donde fue abucheado y hasta le dieron de “huevazos”, con lo cual queda de manifiesto el repudio que tienen los habitantes de la región centro-sur del estado, ya que como representante del Gobierno federal fue nula su gestión para resolver el conflicto de la extracción del agua de las presas de Chihuahua.
Los habitantes del estado de Chihuahua nos encontramos entre un Gobierno estatal y federal que pelean por el poder dando la espalda a la sociedad que representan abriendo con ello, una brecha social de inequidad.
La figura de los “superdelegados” quedó claro que Chihuahua no sirvió de nada para mejorar las condiciones de vida y desarrollo, ni mucho menos para ser interlocutores con el Gobierno estatal y federal. La impresión que nos dejó es más bien una fábrica de precandidatos.