Céline Haidar estaba a punto de cumplir su sueño de representar a la selección del Líbano cuando resultó herida durante un ataque de Israel en el barrio sur de Beirut. Hoy, la futbolista de 19 años sigue en cuidados intensivos, sumida en un coma.
Hace unas semanas, cuando los bombardeos israelíes aumentaron en intensidad sobre el barrio sur de Beirut, feudo de Hezbolá, la familia de la jugadora se refugió en Baakline, una localidad pintoresca incrustada en la montaña.
“Pero Céline se veía obligada a bajar a Beirut por sus estudios y entrenamiento”, cuenta su padre, Abbas Haiddar, desde el hospital Saint-George en la capital libanesa.
“Cuando había avisos de evacuación y bombardeos, ella abandonaba la casa y luego volvía por la noche para dormir”, añade.
El sábado, día del accidente, su padre la había llamado para advertirle de un nuevo aviso de evacuación por parte del ejército israelí, que precede los ataques, y ella abandonó su casa.



