Nacido en el seno de una familia humilde, el español Jorge Martín, de 26 años, coronado campeón del mundo de MotoGP este domingo en la última carrera de la temporada en Barcelona, siempre ha tenido que arriesgar y ser audaz para alcanzar sus objetivos.
Mientras algunos pilotos pagan sumas astronómicas para poder correr en Moto3, el madrileño no tuvo más remedio que brillar en la Red Bull Rookies Cup para ganarse su derecho a ir al campeonato del mundo, gracias a los numerosos sacrificios hechos por su familia.