Israel ordenó el cierre casi total de sus aeropuertos durante una semana para frenar la propagación de nuevas variantes del coronavirus.
«Cerramos herméticamente el cielo, salvo raras excepciones, para evitar la entrada de mutaciones del virus y asegurarnos que avanzamos rápidamente con nuestra campaña de vacunación», dijo el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu.
La medida entrará en vigor en la medianoche del lunes al martes hasta el 31 de enero, indicó un comunicado de la oficina del jefe de gobierno.
Los vuelos de carga y para luchar contra los incendios, así como para un tratamiento médico, funerales o procedimientos legales, están autorizados.
Israel se encuentra sumido, desde diciembre, en su tercer confinamiento hasta finales de enero.
Oficiales de los ministerios de Salud y de Interior decidirán sobre las peticiones de vuelos «por necesidades humanitarias o personales», precisó el comunicado.
Según el ministerio de Salud, se han vacunado ya 2.5 millones de los nueve millones de habitantes, lo que equivale a un cuarto de la población.
Durante toda la pandemia, Israel ha restringido la entrada de extranjeros en su principal aeropuerto aunque ha aceptado excepciones para ciertas personas como estudiantes religiosos o israelíes que están viniendo de regreso.
Se ha permitido también la salida de israelíes que desean visitar ciertos países considerados de baja tasa de contagio. La medida al parecer ha permitido la entrada de la nueva variante del coronavirus procedente del Reino Unido.
El Ministerio de Salud declaró el domingo que se ha detectado un caso de una nueva variante originada en Estados Unidos, en un hombre que vino de Los Ángeles.