Chile vota este domingo en las presidenciales más inciertas en 31 años de democracia, que podrían cerrar el viejo ciclo político del país, con dos favoritos que no integran las coaliciones tradicionales que han gobernado las últimas décadas.
En unas elecciones marcadas por dos años de duras protestas sociales, el presidente saliente Sebastián Piñera fue la primera figura pública en ir a votar en un colegio en Las Condes, un barrio acomodado de Santiago.
«Todas las opiniones importan. Vengan a votar. Somos capaces de resolver nuestras diferencias de manera pacífica, a votar», pidió ante las cámaras.
Unos 15 millones de electores -en una población de 19 millones- están convocados para ejercer su derecho al voto, voluntario desde 2012.