Milicianos de Hamás liberaron este jueves 30 de enero a 8 rehenes como parte del alto al fuego en la Franja de Gaza, pero la caótica entrega de algunos de los cautivos, que fueron trasladados a través de una multitud ruidosa, provocó una airada protesta de Israel.
Israel debería liberar a cambio a 110 prisioneros palestinos, incluidos unos 30 que cumplían cadenas perpetuas por ataques mortales contra israelíes. El primer ministro Benjamin Netanyahu puso eso en pausa, exigiendo que en adelante los mediadores garanticen la salida a salvo de los rehenes en Gaza.
Más tarde dijo que había recibido tal promesa, aunque no confirmó las liberaciones esperadas. Los medios israelíes informaron que sucederían.
Hamás liberó a siete de los rehenes frente a la casa destruida de su líder asesinado, Yahya Sinwar, mientras miles se agolpaban. El grupo armado dijo que fue un «mensaje de determinación».