El Gobierno de China criticó el domingo el arancel del 10% que la administración de Donald Trump impuso a sus importaciones, pero dejó la puerta abierta a conversaciones con Estados Unidos que podrían evitar un conflicto cada vez más profundo.
Pekín impugnará el arancel del presidente Donald Trump en la Organización Mundial del Comercio, un gesto simbólico, y tomará «contramedidas» no especificadas en respuesta al gravamen, que entra en vigor el martes, dijeron los ministerios de Finanzas y Comercio de China.
La respuesta no fue la escalada inmediata que había marcado el enfrentamiento comercial de China con Trump en su primer mandato como presidente y tuvo el tono más comedido que Pekín ha utilizado en las últimas semanas.
Trump ordenó el sábado imponer más aranceles, del 25% a las importaciones canadienses y mexicanas y del 10% a los productos procedentes de China, alegando que Pekín necesitaba frenar el flujo de fentanilo, un opioide mortal, hacia Estados Unidos.