Estados Unidos está «discutiendo muy activamente» con Europa la posibilidad de prohibir las importaciones de petróleo ruso, aseguró este domingo el jefe de la diplomacia estadunidense, Anthony Blinken, mientras su gobierno está bajo la presión de legisladores para dar ese paso en el marco de la invasión rusa de Ucrania.
Los senadores estadunidenses, tanto republicanos como demócratas, presentaron el jueves un proyecto de ley para prohibir tales importaciones.
Joe Biden había indicado la víspera que “no se excluía nada” en cuanto a medidas referidas al asunto.
Cuando se le preguntó el domingo en CNN, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, fue más cautelosa.
En referencia al objetivo de «hacer imposible que (Vladimir) Putin financie sus guerras», consideró que la Unión Europea debe «deshacerse de (su) dependencia de los combustibles fósiles rusos».
Esta cuestión es más compleja para Europa, pues Rusia aporta el 40% del gas consumido, mientras que a Estados Unidos no provee sino un 8% del total de las importaciones de productos petroleros crudos o refinados, según el experto Andy Lipow, citando cifras de la Agencia Internacional de Energía en 2021.