Este miércoles entró en vigor una ley de Texas que prohíbe la mayoría de los abortos, aunque la Corte Suprema no ha respondido a un pedido de dejarla en pausa.
De ser ratificada, la ley sería la restricción más severa a la terminación de embarazos desde que la Corte Suprema determinó en 1973 que el aborto es legal a nivel federal.
La ley, aprobada en mayo por el gobernador republicano Greg Abbott, prohibiría los abortos tan pronto se detecte el latido cardíaco fetal, lo que usualmente ocurre a las seis semanas de gestación, un lapso durante el cual, en la mayoría de los casos, una mujer ni siquiera se ha percatado que está embarazada.