A Moisés Muñoz no se le pasa la efervescencia de esa épica final del Clausura 2013, en el Estadio Azteca. Aquella noche, de campeonato para el América, un cabezazo suyo in extremis le cambió la vida.
Con el cronómetro en el 92’ y el marcador global a favor del Cruz Azul (1-2), el exportero apareció con gol y llevó el duelo al alargue, hito que mantiene fresco hasta en sueños.
«Lo más importante de todo, logré el reconocimiento de la afición. Escribí con letras doradas mi nombre en la historia del club, el del más grande de México. Es el gol que cambió mi vida. Hay un antes y después, es la realidad, no lo puedo ocultar. Me ha traído muchos beneficios, no sólo en el futbol, sino también en otros aspectos de mi vida. Pero nadie me lo regaló, nadie nos lo regaló como equipo. Me ha tocado disfrutar de las mieles de ese momento”, confiesa en entrevista con Excélsior.