Por : Agustín Hernández Olivas
Quienes por los últimos 40 años hemos cruzado por el primer cuadro de ciudad Juárez, no dejamos de percibir ese nauseabundo olor a excremento, quienes no han caminado por ahí les invito a pasar justo donde el señor de los tacos de barbacoa oferta en 100 pesos el kilo, o la mujer que vende sobre la banqueta la fruta de temporada a un costado de la alcantarilla tapada.
Exactamente ahí donde el señor de las aguas frescas en verano descarga por la noche la de limón, horchata y melón mismas que no pudo vender en una tarde de caluroso día, al fin el agua de la llave no cuesta para resurtir.
Por la calle Javier Mina y la calle Mariscal, es imposible caminar debido a las toneladas de basura que dejan los comerciantes y ciudadanos a su paso, atrévete amigo lector a pasear un sábado por la mañana y lo podrás ver.
Los mercados de comida y ropa china como el Carranza, Hidalgo y Reforma por años iluminados con energía robada a los postes de la Comisión Federal de Electricidad cierran temprano.
Ya se les advirtió, que de registrarse un incendio como el ocurrido al mercado Reforma años atrás, esta vez sería de intensa calamidad y trabajo para los cuerpos de emergencia, los cuales no podrán tener acceso inmediato por la horda de comerciantes apostados sobre la calle y banquetas ¡ Dios guarde la hora ¡ fraseaba mi abuela Doña Tina.
Ahora desde el gobierno del presidente municipal Cruz Pérez Cuéllar, se ofrece un cambio radical a todo el centro , desde hace un mes y para aliviar el tráfico vehicular se intenta vender una solución con una millonaria obra al construir un paso elevado, con puentes y demás accesos que garantice modernidad a la mayoría de los habitantes de Juárez.
Sin embargo el senador paseño Juan Carlos Loera de la Rosa en su afán histriónico, de nueva cuenta reúne a sus frustrados novelistas y escritores, para apuntalar el telón de la carpa circense de siempre, y lograr reflectores a modo como si mañana fuera la elección soñada.
Sus mismos allegados aseguran que caía mejor cuando era activista social, al menos hablaba igual que el anterior presidente Andrés Manuel y lo percibían cariñoso y empático, pero eso de pronto se le terminó.
Pero volvamos al centro de la ciudad, el cual se ha entregado a líderes y porros de los ahora satélites del partido Morena, los ex priistas y quienes aún confían en la perpetuidad del hueso, esos que “mueven” a las masas de comerciantes informales.
Esos líderes de tierra como les adoctrinaron en las escuelitas de cuadros del tricolor son ahora los que regañan a diario a los Policías Municipales de a pie, esos uniformados que prefieren hacerse de la vista gorda ante la venta visible de sustancias prohibidas en cada esquina de la calle Noche Triste, Ugarte , Mariscal , La Paz , entre otras.
¡No calienten la plaza guayes, es diciembre! – grita energúmeno el vendedor de calcetines de 5 pares por cien pesos,- mientras frente a la tienda de ropa Boca Rosa, un adulto psiquiátrico defeca sin recato,
Si, a pleno día, a lado del muro de madera que impide el paso a la calle Vicente Guerrero por la emblemática obra vial que está en peleada construcción.
Este es el centro de mi ciudad, solo hay que caminar despacio para ver, oler y disfrutar en su caso del maquillaje, con bailarines pachucos y estatuas que cobran vida por un peso, un lugar al que de nueva cuenta como en antaño lo usaron los panistas tras el pretexto, de sacar las vías del tren haciendo espectáculos mediáticos.
Esa película ya la vimos los juarenses.
Otra vez el refrito , que mientras unos políticos insisten en una total modernización, otros la impiden, el final y spoyliando como dicen los chavos, la ciudadanía continua sumergida hasta el cuello en lo que ya algunos se han familiarizado por años… vivir entre la suciedad, al menos yo no y usted?.