Un incipiente debate en la intelectualidad orgánica acerca de la educación actual en su forma escolarizada intenta promover que la misma está por caducar al ritmo con el cual se mueve el mundo, diversas criticas refieren que las universidades son cursos de costo alto y de beneficios mínimos, o que al trascurrir de la escuela inicial hasta el nivel medio superior la deserción es tan alta que se complica medir qué tan grande es su impacto positivo, aun más que el nivel de los maestros es tan bajo que los alumnos no encontraran en ellos herramientas adecuadas para los saberes que necesitan aprender. Es en este momento donde debemos detenernos y realizar una reflexión acerca de que tan necesaria es la educación y cuales son las principales causas por las cuales durante ya varias décadas está en franco declive, cual es la necesidad social y que implicaciones tiene realizar una reforma de fondo entendiendo que la actualidad del mundo no es la misma para las clases altas que para las clases bajas de este país.
Algunos datos que nos pueden mostrar donde estamos en materia educativa son los siguientes de los 52,929,705 millones de población con posibilidad de estudiar solo 36,518,712 millones logran acceder a este servicio según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2020, por otro lado tenemos que los alumnos mexicanos en la prueba PISA de2018 obtuvieron 420 puntos en lectura, ni siquiera alcanzaron el promedio establecido por la OCDE, que era de 487 puntos, En matemática México logró 409, mientras el promedio de la OCDE es de 489, comparativamente en los últimos tres periodos México ha descendido lugares en lectura (2012 obtuvimos 424 puntos y en 2018 bajamos a 420) y en matemáticas (2012 obtuvimos de 413 puntos descendimos en 2018 al 409). Bajo este contexto es fácil buscar culpables, falta de acceso y capacitación a maestros, condiciones sociales y materiales de alumnos, apatía por parte de los padres de familia que ven las escuelas mas como guarderías que como herramienta de aprendizaje para los hijos y la falta de políticas publicas que beneficien a la educación por parte de los gobiernos profundizan los problemas y las críticas.
Tenemos como sociedad que darnos a la tarea de consolidar un proyecto educativo de alto alcance donde los resultados sean evaluados, las condiciones materiales y sociales mejoren, las políticas públicas sean adecuadas y se apliquen con el fin de tener alumnos que aprovechen en su totalidad la educación que se les brinda, maestros apropiados con salarios dignos y fortaleciendo sus conocimientos continuamente, así como planteles dignos con tecnologías necesarias para impartir clases. Pensemos que es mejor fortalecer y mejorar el sistema educativo la desaparición solo creara aún más desigualdad.
Juan Gilberto Salazar García
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