La página de bienes raíces Miami Condo Lifestyle especifica las comodidades que las residencias construidas en 1981 ofrecen para vivir en un lugar cerca del mar, como piscina, hidromasaje, área de reuniones para hacer parrilladas, gimnasio y estacionamiento.
Por otra parte, en la página Miami Condo Investments se muestra el costo de las viviendas el cual oscila entre los 590 mil y 915 mil dólares, un precio que, a primera vista, iba de acuerdo a lo que ofrecía la vivienda; sin saber que eran esenciales acciones de mantenimiento en el edificio, debido a su antigüedad.
En un reporte elaborado por Morabito Consultants (MC) Inc., el 8 de octubre de 2018, está establecido que se evaluó la condición estructural de la mitad de las 136 residencias que integran el edificio de 12 pisos, además de los balcones, la fachada, el estacionamiento, la piscina y áreas comunes.
La finalidad de dicho informe era diagnosticar los problemas hallados y comunicarlos a la junta del Condominio, así como los probables riesgos que corrían los inquilinos, ya que se presentaban problemas de electricidad, moho, filtraciones de agua, grietas en la fachada y techo.
No obstante, los ingenieros encontraron puntos de angustia o fatiga en el estacionamiento, además de daño estructural perceptible en algunos balcones, así como en la entrada, terraza y plataforma de la piscina, debido a los errores de impermeabilización que filtraron el agua. Este último era el problema más costoso y complicado, pero la omisión de dicho arreglo comprometía la seguridad del edificio.
Los costos de mano de obra para la reparación de los daños, más los permisos y cargos dieron un total de más de nueve millones de dólares. Los trabajos comenzaron a realizarse en la parte del techo, pero la abogada que antes trabajaba con la asociación de los condominios, Donna DiMaggio Berger, comentó que la pandemia retrasó el proceso.
De igual manera, la misma jurista anunció que dichos inconvenientes evaluados en el edificio eran comunes en las construcciones de más de cuarenta años de la zona. Por lo tanto, no fue motivo de preocupación para los representantes de la junta del condominio, quienes también habitaban el edificio.